La semana pasada se celebró en
Pekín, China, el Foro para la Cooperación Internacional “Un Cinturón, Una
Ruta”. El debate se centró en “el
desarrollo comercial y la construcción de infraestructura a lo largo de 7,500
km. de extensión terrestre y más de 5,000 millas náuticas de ruta
marítima”. Participaron 20 jefes de Estado y gobierno, 50 organizaciones
internacionales, 100 ministros, 1200 delegados, académicos y empresarios de 110
países.
Entre todos estos países brilló
por su ausencia Panamá. Desde hace 500 años el Istmo ha sido la ruta por
excelencia del comercio entre los océanos Atlántico y Pacífico. En el siglo XX conectó
las costas de EEUU, facilitó las exportaciones del Pacífico de Sur América al
norte del Atlántico y le abrió los mercados del oriente norteamericano a la
industria de Japón. En el siglo XXI, el Canal de Panamá es la única vía que
comunica a China con las grandes ciudades del este de EEUU y la cuenca del río
Misisipi.
La
falta de una política marítima coherente impidió que Panamá participara en el
foro convocado por Pekín. Sin embargo, Panamá se encuentra muy presente en la
política marítima de China. Según la Agencia Noticias de Panamá, es
probable que a corto plazo la empresa Shangai Gorgeous, invierta 1,800
millones de dólares en dos ‘megaproyectos’ en el área de Colón. El primero es
un puerto de contenedores con 12 grúas y capacidad para manejar 2,5 millones de
TEUS al año. Además, contempla el desarrollo de un parque logístico con una
inversión de 900 millones de dólares.
Además,
según la agencia Reuters, China participara este año en “una oferta de
concesión que convocara la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para desarrollar
1,200 hectáreas de terreno recién descontaminadas que rodean la vía
interoceánica”. El área era usado por aviones de guerra de EEUU para realizar
ejercicios militares. Fueron contaminadas durante la ocupación militar norteamericana
de Panamá en el siglo XX. El
administrador de la ACP, desde Shanghai, China, informó que firmas chinas están
interesadas en las 1,200 hectáreas. Las empresas ‘China Communications
Construction Corp.’, su subsidiaria ‘China Harbour Engineering Company’ y
‘China Railway Group’ fueron
mencionadas por el funcionario de la ACP.
La concesión que indirectamente
comunicaría a Panamá con la “ruta de la seda” sólo beneficiaría a los chinos y
sus socios locales. A falta de una política marítima y un plan de desarrollo
nacional por parte del gobierno panameño, no se sabe cómo beneficiarán al país
las concesiones hechas a las empresas chinas. Forma parte de la política
equivocada de Panamá establecida hace 20 años cuando subordinó la vía
interoceánica y sus áreas ‘revertidas’ a la lógica del mercado ignorando las
necesidades y el potencial de desarrollo del país.
Hace apenas unas décadas China
era campo de exploraciones e inversiones de empresas extranjeras. No tenía una
política propia, con objetivos definidos y planes que respondieran a una
estrategia. Estaba igual que Panamá en la actualidad. Todo cambió con la
Revolución china que puso a ese país oriental en el camino hacia el desarrollo.
En 2016, el comercio entre China y los países ubicados a lo largo del “Cinturón
y la Ruta” ascendió a 913 mil millones de dólares, las empresas chinas
invirtieron más de 50 mil millones de dólares y participaron en la creación de
56 zonas de cooperación económica en 20 países a lo largo de la ruta. Las
inversiones generaron 1,100 millones de dólares en ingresos fiscales y 180 mil
empleos locales.
El plan es crear
seis ‘Rutas de Seda’ (corredores económicos): el puente intercontinental
eurasiático (que une el Atlántico con el Pacífico por tierra), el corredor
China-Asia, el corredor China-Asia occidental (Oriente Medio), el corredor
China-Indochina, el corredor China-Pakistán y el corredor India-China (que
incluye Bangladesh y Myanmar). La mayor incidencia global de esta
iniciativa se despliega en el área financiera. China fundó, en 2015, el Banco
Asiático de Inversión para Infraestructura (BAII). Según el periodista
venezolano Sergio Rodríguez G., el ‘Cinturón y la Ruta’, así como todo el
entramado financiero, están siendo utilizados por China para “exportar yuanes”
que pretende posicionarla como moneda de reserva en el mundo. Los economistas
Oscar Ugarteche y José Luis Cal de la UNAM, agregan que “la salida de EEUU del TPP
beneficia directamente a China e impulsará el comercio con los países
euroasiáticos en la Ruta de la Seda”.
Le urge al país un plan de
desarrollo marítimo.
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