Thursday, January 26, 2017

El escándalo Odebrecht remece la tambaleante estructura partidista


Recién destapado el escándalo de las ‘coimas’ pagadas por Odebrecht a funcionarios panameños, el Movimiento Independiente por la Refundación Nacional (MIREN), exigió una explicación prolija y completa por parte del actual gobierno presidido por Juan Carlos Varela. Ha pasado un mes y las autoridades nacionales siguen tapando los hechos. Apenas se inicia una investigación poco transparente, no se han establecido contactos firmes con otros países afectados y las obras que realiza Odebrecht en el país continúan sin el menor cuestionamiento.
La actitud gubernamental y su brazo fiscalizador tiene que ser mucho más agresivo. La marcha organizada por las redes que vigilan los desmanes de los partidos políticos tuvo como lema central el alto a la corrupción. Todo indica que la corrupción – parte integral de las acciones partidistas del país – se ha apoderado de todos los resquicios del gobierno y empresas privadas.
A fines del año pasado, cuando el Departamento de Tesoro de EEUU dio a conocer que un informante de Odebrecht indicó que esa empresa brasileña había pagado coimas por un total de 800 millones de dólares - 59 millones correspondientes a Panamá - , el MIREN señaló que no debía pedírsele a Odebrecht que “acepte su culpabilidad”. El MIREN planteó que los “cómplices en los actos de soborno deben ser procesados penalmente por sus actuaciones”.
También exigió que Odebrecht suspenda sus actividades en Panamá para ser sometido a una investigación y juicio. Esto implica que “el gobierno intervenga al Grupo Odebrecht y asegure que todas las obras que inició y se encuentran en construcción cumplan a cabalidad con los términos pactados”.
El gobierno calcula mal si piensa que el escándalo pasará y podrá seguir como si nada ocurriera. El país está preparado para exigir cuentas hasta las últimas consecuencias. A la vez, el caso Odebrecht tiene tentáculos internacionales. Es muy probable que termine arrasando con el gobierno brasileño, desestabilice otros gobiernos de la región y que EEUU continúe utilizando a Odebrecht como herramienta para crear zozobra. Es oportuno que el presidente Varela saque todos los ‘trapos sucios’  y  destape lo ocurrido en tres gobiernos: los de Martín Torrijos, Ricardo Martinelli y el actual.
Los escándalos de Odebrecht en Panamá no son recientes. Cuando llegó al país, de la mano del entonces presidente Martín Torrijos, un obrero de la construcción fue muerto por sicarios aparentemente al servicio de la constructora brasileña. El obrero Osvaldo Lorenzo fue asesinado por disparo de arma de fuego en un altercado en una construcción que adelantaba Odebrecht en las inmediaciones de la ciudad de Colón. El gobierno y Odebrecht intentaron culpar a dirigentes del SUNTRACS por el asesinato, según La Estrella de Panamá. Posteriormente, fueron detenidos los supuestos responsables del homicidio.
Desde esa primera experiencia de Odebrecht en el país han pasado muchas otras. En total, el grupo constructor brasileño se ha ganado 10 licitaciones por un total de 9 mil millones de dólares en casi 10 años. Desde las dos líneas del Metro, carreteras, hasta la Cinta Costera y otras obras. El gobierno norteamericano dice que su informante denunció que entre 2010 y 2014 los brasileños le hicieron pagos ilegales a funcionarios panameños por un total de 59 millones de dólares.
Esta suma es cuestionable. Un análisis del modus operandi de Odebrecht arrojaría como resultado que cada obra representaría una coima cercana del 10 por ciento de su costo. Es decir, en Panamá se habrían repartido un total de 900 millones de dólares en coimas. A la Procuraduría panameña le corresponde investigar a fondo estas irregularidades. Sin embargo, hay indicios de que se tratará de minimizar estas pesquisas por el impacto político que tendrían.
El escándalo Odebrecht se produjo cuando la Asamblea de Diputados iniciaba un debate sobre las reformas electorales. Precisamente, sobre el financiamiento público de los partidos políticos y sus candidatos a elección popular. Los políticos pretenden recibir de las arcas fiscales un monto superior a los 500 millones de dólares para el torneo electoral de 2019. Sumado a las donaciones privadas (que no tendrían límites) y las contribuciones de dinero ‘sucio’, las elecciones próximas prometen ser las más caras y violentas de la historia.
El MIREN asegura que le ofrecerá una alternativa al pueblo panameño en 2019 para poner fin a la corrupción sin control y, a la vez,  presentará un plan de desarrollo nacional que erradique la inseguridad y genere empleos decentes para todos los panameños.

26 de enero de 2017.

Thursday, January 19, 2017

Donald Trump llega a la Presidencia de EEUU


Después de una larga campaña, inaugurada a mediados de 2015, y superando los obstáculos que parecían invencibles, el magnate de las finanzas especulativas de Manhattan, Donad J. Trump, se convierte mañana en el 45° presidente de EEUU.
Immanuel Wallerstein señala que la presidencia de Trump es “totalmente impredecible. Sólo podemos tener la esperanza que su círculo cero lo modere”.  Aún más, el teórico del ‘sistema mundo capitalista’ pronostica que “el 95 por ciento de las políticas que impulse Trump en su primer año serán terribles”. Prueba de ello, los nombramientos que ha hecho en su consejo de Gabinete.
En total son 19 personas, casi todas millonarios o militares, de extracción europea (‘blancos’) y hombres. Una excepción es la multimillonaria Betty DeVos, secretaria de Educación cuyo “objetivo es socavar la educación pública y dar vales escolares para financiar escuelas privadas y religiosas”. Tom Price como secretario de Salud quiere acabar con los servicios de salud para todos (‘Obamacare’). Jeff Sessions, ministro de Justicia, es defensor racista del encarcelamiento masivo. Andrew Puzder, ministro de Trabajo, se opone al aumento del salario mínimo federal.
Cathy McMorris Rodgers, secretaria del Interior, apoya la perforación en comarcas indígenas y la apertura de tierras federales. Scott Pruitt nuevo administrador de la Agencia de Protección Ambiental promueve el fin de las regulaciones.
Por el lado de la seguridad (militar), encabeza la lista el general James “Perro Loco” Mattis como secretario de Defensa. Le sigue el general John Kelly, secretario de Seguridad (Homeland Security) y el general Michael Flynn como su consejero de Seguridad Nacional. Mike Pompeo (director de la CIA), propone crear un registro de llamadas domésticas. Rex Tillerson, secretario de Estado, era presidente de la ‘hermana mayor’ Exxon-Mobil, que tiene inversiones multimillonarias en Rusia.
Con este equipo al más alto nivel, no es casual que Michael Klare diga que Trump sólo tiene en mente la reconquista del mundo. En su agenda aparecen cuatro puntos: China, Rusia, Europa y el Medio Oriente. El resto del mundo no existe o tiene una importancia menor. Prometió destruir el llamado Estado Islámico mediante la acción militar.
Con relación a Europa, Trump considera que ese continente está en decadencia y la OTAN es obsoleta. En cambio, en el caso de Rusia, Trump y Putin han declarado que quieren normalizar las relaciones entre los dos países. Según Klare, muchos creen que Tilerson fue nombrado secretario de Estado para estimular las relaciones en el campo energético. Exxon tiene enormes inversiones en el Artico ruso. Además, comparten su aversión a las corrientes islámicas radicales.
El problema número uno en la política exterior del nuevo presidente es China. Pekín se ha convertido en el motor económico del capitalismo del siglo XXI. Sin embargo, aún no ha desplazado a EEUU como potencia hegemónica (poder cultural, militar y financiero). La estrategia de Trump es acorralar a China creando un círculo de bases en su entorno. En el plan tiene un papel central la Federación rusa.  Si EEUU logra convertir a Rusia en un aliado subordinado (tipo Alemania y Japón), obtiene tres resultados inmediatos: Cierra militarmente la larga frontera china en el norte, dificulta el desarrollo de las ‘Rutas de Seda’ chinas que tienen a Europa como destino y minimiza la importancia de los recursos energéticos rusos con destino a la industria china.
En términos militares, Trump hereda las fuerzas armadas mejor equipadas de la historia. Según Miguel Barrios, el presidente saliente, Barack Obama,  expandió las guerras aéreas y el uso de las fuerzas especiales en todo el mundo. El número de países que cuentan con bases de fuerzas especiales norteamericanas pasaron de 60 en 2009 hasta 138 en 2016 (el 70  por ciento de los países del mundo). En 2016, el gobierno de Obama arrojó al menos 26,171 bombas. Además, Obama logró vender 265 mil millones de dólares en armas, cifra record.
Trump no tiene una política hacia América latina. La muralla en la frontera de México es una concesión  a los sectores xenofóbicos que lo apoyaron en las elecciones. Es un enemigo declarado de la Revolución cubana y de los gobiernos progresistas por razones ideológicas. Sin embargo, sus intereses comerciales pueden superar sus prejuicios. Percibe la región al sur del río Bravo como un área para la explotación de sus recursos naturales y humanos. Además, los países de América latina y el Caribe pueden ser útiles en sus planes geopolíticos a escala global.
19 de enero de 2016.




Friday, January 13, 2017

Historia de un amor: La juventud y su bandera

“9 de enero - La novela”, de Andrés Villa, es una historia de amor. Presenta la tragedia de un romance, ve derramar sangre y ve levantarse figuras heroicas de la juventud panameña. Es el amor de la juventud por la nación y su símbolo, la bandera. Una bandera siempre en alto, que no acepta ser rechazada o mancillada, objeto de una lucha aún inconclusa en la construcción del proyecto de nación.

El libro también es un reportaje que recoge los acontecimientos de las jornadas de enero de 1964, sus mártires, el combate desigual, la Zona, las calles de El Chorrillo y Santa Ana, así como Calidonia y San Miguel, los cuartos de inquilinato con sus baños comunes, las escalinatas del Instituto Nacional así como Colón y Antón. Es el orgullo de una generación que grabó para la eternidad: Sin lucha no hay soberanía.
El libro tiene 12 capítulos.
---El primero se llama Bandera. Los panameños nos preguntamos que hacen los gringos en nuestra tierra. Pregunta que dominó el pensamiento de los panameños a lo largo del siglo XX. ---El segundo tiene como título Las balas del buen vecino. La agresión norteamericana refleja su desconcierto. Los gringos no saben, nunca supieron, que hacían en Panamá. Confundían el sabor a su whiskey, el amor a la guerra y nuestros mártires con un colonialismo artificial enredado con artificios de progreso.
---El tercer capítulo llamado 10 de enero es una ráfaga, precedida por las estrofas de Nacho Valdés: Las estrellas que en ti lucen / nos enseñan el camino. La juventud panameña no sólo demostró que su causa era superior a la gringa. También demostró su capacidad para enfrentar al enemigo armado.  ---El cuarto capítulo, que lleva como título Colón, es un homenaje al pueblo de una ciudad con una historia de luchas y de héroes. 
---El quinto capítulo - Panameño, panameño - descubre el hilo filosófico de la obra, con la frase del compositor 'Chino' Hassan, Mi cholo no quiere chola, que refleja la lucha ideológica que desata el pueblo por conservar su identidad. ---El sexto capítulo, La lucha desde la Presidencia, presenta bajo el dardo del poeta Demetrio Herrera Sevillano - Tu siempre dices que sí, - el nerviosismo de una oligarquía gobernante que le teme más al pueblo que al poderoso enemigo usurpador.
---El séptimo capítulo - Desde el Hotel Tívoli - el autor describe otro frente de la batalla donde estudiantes, con piedras y palos en las manos, le pelean al enemigo un espacio táctico en la guerra inconclusa por la soberanía.  ---El octavo capítulo describe los mensajes de muerte enviados Desde Washington. Encabeza esta sección Demetrio Korsi, quien grita Panamá fácil, Panamá abierta... / Movimiento. Tráfico. Todas las cantinas... / Y todos los gringos que nos manda Dios.
---El noveno capítulo, que se titula Sucesos, lo abre Pille Collado, con su llanto Mil cruces habrá en la calle / Pero ondeará la bandera. El joven estudiante se mira y se da cuenta que es como todos los que ha visto protestando en las calles. Somos una Nación, exclama.  ---El décimo capítulo, el autor nos lleva a una pequeña ciudad cabecera de un distrito rural, Antón. El país de punta a punta se remece y siente que nace la nación.
El libro cierra destacando como la lucha por el Panamá que todos queremos continúa. Una década más tarde - con luchas y enfrentamientos continuos -Panamá negocia unos tratados (1977) que pone fin a la Zona del Canal, a las bases militares y a la presencia de Washington en la administración del Canal de Panamá. Una generación después, en 1989, sin embargo, el Canal fue secuestrado por el mismo grupo que en 1964 decía que la “Soberanía no se come”. 
Leyendo la obra de Andrés Villa nos sentimos seguros que la juventud del siglo XXI emulará a los institutores de 1964. Aún falta el paso definitivo: Poner la vía acuática y la posición geográfica de Panamá al servicio de un proyecto del pueblo, de la nación panameña. Sólo así se asegura que lo iniciado el 9 de enero culmine con el desarrollo integral del país y la realización de los anhelos de todos los panameños. Sólo así se honra la memoria de los mártires y héroes de las jornadas de enero de 1964.

12 de enero de 2017.

Thursday, January 5, 2017

La hora cero de La Estrella de Panamá

Panamá inicia el año 2017 bajo el peso de una persecución implacable del sistema político-financiero opresivo de EEUU. Sumándose a otros múltiples casos, hoy vence el plazo que tienen los diarios La Estrella de Panamá y El Siglo para operar bajo condiciones financieras normales. Sólo puede salvar a los rotativos una “licencia” de última hora del Departamento de Tesoro de EEUU.
Cualquier lector se pregunta, ¿qué tiene que ver una oficina administrativa en Washington – sin jurisdicción en Panamá – con la publicación de dos diarios en un país tan lejano? En realidad, nada. Sin embargo, el gobierno de EEUU se las ha ingeniado para pasar por encima de la ley de su propio país y de los acuerdos internacionales para perseguir y castigar a toda persona (incluyendo a las jurídicas) sin juicio alguno. La famosa presunción de inocencia hasta probarse lo contrario se echó por la ventana.
La decisión tomada por EEUU en contra de los diarios panameños tiene sus antecedentes. El objetivo declarado por Washington es desestabilizar a los países donde ellos aplican estas reglas ‘administrativas’ (no tiene relación alguna con delitos o el cumplimiento con la justicia). El primer país que fue objeto de estas reglas creadas dentro del Departamento de Tesoro de EEUU fue Cuba. Le siguió Corea del Norte e Irán. El propósito era aislar comercialmente a estos ‘enemigos’ de EEUU de sus socios en el resto del mundo.
La decisión política surtió excelentes resultados por una lado, pero no cumplió con los objetivos finales perseguidos. En el caso de Cuba, el “bloqueo” obligó a la economía de ese país a entrar en un estado de emergencia permanente. Incluso, después de establecer relaciones diplomáticas con La Habana en 2016, EEUU sigue aplicando las reglas del Departamento de Tesoro y no le permite a terceros países tener relaciones comerciales normales con el país caribeño.
El bloqueo de la isla, sin embargo, no logró que EEUU alcanzara su objetivo final: La desestabilización de la economía y el derrocamiento del gobierno revolucionario. Cuba sobrevive precisamente porque tiene un gobierno revolucionario. Hace 50 años los cubanos defienden su soberanía y su dignidad. Estos valores están por encima de los intereses económicos de unas pocas personas, nacionales o extranjeros.
EEUU consideró que esta política de desestabilización podía aplicarse con buenos resultados en países que no son necesariamente sus enemigos declarados. No hay que olvidarse que Washington se mantiene fiel a su consigna favorita: “EEUU no tiene amigos, sólo tiene intereses”.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EEUU puede incluir a cualquiera en la llamada Lista Clinton (Kingpin Act List). En el caso de La Estrella de Panamá, cayó en la lista porque el dueño de la empresa fue señalado como persona con una “presunta vinculación a una red de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico”.
EEUU procede de manera selectiva en su forma de incluir a personas o empresas en la Lista Clinton. Por un lado, toma en cuenta las relaciones económicas y la posición política del país. Por el otro, enfoca su interés en las operaciones de una empresa o grupo de empresas y su relación con EEUU. Otras empresas que le son útiles a EEUU, como HSBC o Wells Fargo, se les aplica una multa millonaria a sus ejecutivos y accionistas y siguen operando, borrón y cuenta nueva. En el caso más reciente, del Grupo Odebrecht, investigaciones del Departamento de Tesoro descubrió que la constructora brasileña había repartido sobornos en 12 países por un total cercana a los 800 millones de dólares. A funcionarios públicos y empresarios panameños les tocó 59 millones. La empresa sigue trabajando en proyectos repartidos en todo el mundo, incluyendo a EEUU.
Mientras que en Panamá y otros países, los gobiernos buscan refugio ante la avalancha de corrupción, EEUU se deleita viendo la carrera hacia el fondo del barril de los políticos criollos. El gobierno panameño no ha podido defender a los ciudadanos del país en el extranjero. Tampoco ha podido desarrollar una política que defina cual es su posición frente a la injerencia extranjera.
El derecho que tienen todos los panameños a ser informados y poder expresar libremente sus ideas está consagrado en la Constitución Política. El gobierno panameño está en la obligación de exigirle a EEUU explicaciones por este comportamiento que desconoce los acuerdos internacionales. El pueblo panameño si exigirá rendición de cuentas a ambos.
5 de enero de 2017.