El gobierno
panameño se encuentra metafóricamente en manos de un equipo de neurocirujanos
que intenta mantener al presidente Juan Carlos Varela con vida política. El
mandatario panameño sufrió su primer derrame con motivo de las declaraciones de
Ramón Fonseca Mora que lo asoció con el Grupo Odebrecht y los sobornos que la
empresa brasileña repartió en doce países.
Fonseca
Mora es el mismo abogado especializado en abrir sociedades anónimas en
‘paraísos fiscales’ bajo jurisdicción norteamericana y británica. Se hizo
notorio el año pasado cuando un grupo de investigadores en la capital de EEUU,
Washington, divulgó miles de archivos comprometedores de la firma Mossack &
Fonseca. En la jerga periodística internacional, creada en aquel momento, el
caso se denominó los ‘Panama Papers’.
Como fichas
de un dominó, han ido cayendo, país tras país (un total de 12), como
consecuencia del escándalo asociado a los sobornos del Grupo Obebrecht. Las
declaraciones de Fonseca Mora en Panamá comprometen al presidente Varela. Según
el antiguo ‘ministro consejero’ del gobierno panameñista, durante su campaña
presidencial (2013-2014), Varela habría recibido dinero oculto de la
constructora brasileña Odebrecht.
Era un
secreto a voces que los tres últimos presidentes panameños recibirían sobornos
de la empresa constructora. De igual manera, se beneficiaban de otros negocios
turbios que las autoridades han sido lentas en investigar. Sin embargo, las
declaraciones de Fonseca Mora obligan a las
fiscalías a realizar una investigación prolija. La Asamblea Nacional
anunció que harán una minuciosa pesquisa en torno a las donaciones recibidas
por el mandatario. La Asamblea se pronunció después que el presidente Varela
hiciera publico su declaración de donantes.
Fonseca
Mora involucró en sus declaraciones a los diputados panameñistas José Luis
Varela (hermano del presidente) y Valderrama. Igualmente, mencionó al
presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Ayú Prado, a quien caracterizó
como ‘manipulable’.
Varela ha
estado permanentemente negociando desde una posición de relativa debilidad para
conservar su capacidad para gobernar. Al principio de su gestión (julio de
2014) logró reunir una mayoría de diputados en la Asamblea haciendo diferentes
tipos de concesiones. Dividió el partido Cambio Democrático (del expresidente
Ricardo Martinelli, autoexiliado en Miami, EEUU). También introdujo una cuña en
el Partido Revolucionario Democrático (PRD), donde otro expresidente – Martín
Torrijos – sigue con aspiraciones para repetir. La suma de su bancada (16
diputados) y las otras fracciones le garantiza una mayoría de diputados.
En la Corte
Suprema de Justicia, Varela nombró dos magistrados que le dieron la mayoría
para re-elegir a Ayú Prado como presidente. La Autoridad del Canal de Panamá
(ACP), empresa que maneja presupuestos de miles de millones de dólares y los
sobre costos de otros miles de millones, producto de la construcción de la
ampliación de la vía acuática, genera dividendos cuantiosos. Incluso, Odebrecht
tiene contratos de miles de millones aún vigentes.
Varela, a
pesar de sus debilidades en el frente político, contaba con un sólido apoyo
financiero y económico. Detrás de su campaña política, que lo llevó al triunfo
electoral en mayo de 2014, dicen que estaba el grupo económico que encabeza
Stanley Motta. Cuenta con fuertes intereses en la Zona Libre de Colón,
Televisora Nacional, Copa Airlines y el
Banco General. Sin duda, el grupo económico se benefició de su relación con el
gobierno de Varela, especialmente después de la larga ‘sequía’ (2009-2014) que
representó Martinelli.
Se asocia
al grupo Motta con el Movimiento Independiente (MOVIN) que utiliza Televisora
Nacional como megáfono para hacer su propaganda en torno a los proyectos
económicos, que incluyen el proyecto de Corozal (puerto en el Canal de Panamá)
y la Caja de Seguro Social, entre otros. Hace pocos meses MOVIN se distanció
del gobierno, creando un vacío peligroso para la estabilidad del gobierno.
El otro
grupo económico, vinculado a MEDCOM (conglomerado de medios de comunicación)
que cuenta con el expresidente Ernesto Pérez Balladares entre sus filas, sufrió
recientemente una derrota política en las elecciones internas del PRD. A pesar
de ser menos poderoso sobre el terreno financiero que el grupo Motta, cuenta
con una base social más amplia y sectores vinculados a la diezmada industria.
Por último,
la tercera fracción de la oligarquía panameña de principios del siglo XXI,
encabezada por Martinelli, observa activamente los traspiés de Varela para ver
como ‘pesca en río revuelto’. La bancada en la Asamblea de Cambio Democrático
puede convertirse en una pieza muy útil para Varela en esta coyuntura. (Sigue una segunda parte).
16 de febrero de 2017.
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