Friday, October 27, 2017

Poder económico y elecciones políticas


Las campañas organizadas en torno a los candidatos a elección popular (o de otro tipo) siempre han contado con apoyo económico proveniente de los sectores más acaudalados y mejor organizados de la sociedad. Los análisis deben tomar en cuenta el apoyo de los empresarios para comprender el triunfo o derrota de cualquier candidato. En una sociedad capitalista, los empresarios que controlan los mecanismos de acumulación de las riquezas son los más acaudalados
Los capitalistas, sin embargo, tienden a dividirse en liberales y conservadores (con esos nombres u otros). Los liberales piden cambios para beneficiar sus inversiones. Los conservadores se oponen a cualquier cambio. A principios del siglo pasado, los capitalistas más poderosos estaban estrechamente vinculados con el proyecto de construcción del Canal y la política exterior de EEUU. A mediados de ese mismo siglo, aparecieron los industriales, con las políticas que favorecían la ‘sustitución de importaciones’. Los agroindustriales tenían un mercado en EEUU asegurado (la ‘cuota’ que todavía está vigente) y un mercado interno en expansión. La crisis de este ‘modelo’ de crecimiento trajo una variante neoliberal-conservadora que promovió la desregulación  y la flexibilización. Desapareció el mercado interno y se promovió una llamada ‘globalización’. Más importante, la nueva fracción capitalista que se apoderó de la sociedad se vio favorecida por la transferencia del Canal de Panamá al gobierno panameño por parte de EEUU en 1999.
Cada uno de estos períodos tuvo un sector social dominante, vinculado a la expansión de la economía capitalista. A principios del siglo XX los liberales dependientes de la relación con EEUU. A mediados del siglo, los industriales bajo la dirección de los ‘liberales renovadores’ y los militares. Después de la invasión militar norteamericana de 1989, se afianzó en el poder político una fracción del capital bancario (financiero). La fracción financiera se hizo notoria cuando en 1987, en medio de la crisis provocada por el rompimiento de EEUU con el general Noriega, los intereses bancarios que habían sido parte de la alianza cívico-militar (Partido Revolucionario Democrático – PRD), fundada por el general Torrijos en la década anterior, rompió con el régimen.  La cabeza del Frente Empresarial del PRD se fue a Washington a sumar sus fuerzas a la desestabilización del gobierno militar.
En las elecciones de 1989, el sector financiero unificado se enfrentó al debilitado sector industrial. La derrota de la fracción industrial que apoyaba al régimen militar, señaló la nueva hegemonía de los banqueros. En 1994 el sector financiero se dividió a la hora de apoyar a los diferentes candidatos a la Presidencia. Con un agónico 33 por ciento de los votos, Ernesto Pérez Balladares ganó, con un apoyo significativo de una fracción de los intereses financieros. Lo interesante de estas elecciones fue la decisión del capital financiero de abandonar a los partidos Demócrata Cristiano y MOLIRENA. Sólo quedaron como alternativas el Partido Panameñista (Banco del Istmo) y el PRD (un sector importante del Banco General). En las elecciones de 1999 (Panameñista) y 2004 (PRD) ganan los candidatos que respondían a los intereses de los bancos mencionados.
Las elecciones de 2009 dieron un giro inesperado. Ante la frustración de los banqueros que no veían políticas claras por parte de sus candidatos, cedieron ante el impulso de Ricardo Martinelli y la Embajada de EEUU. En 2014 un sector decisivo de los banqueros se comprometió con la candidatura de Juan C. Varela. Abandonaron tanto al PRD y su candidato, Juan C. Navarro, como a la alternativa que levantó el entonces presidente Martinelli.
Las elecciones de mayo de 2019 están a la vista y no se ven candidatos claros, con aspiraciones, entre los tres partidos vinculados al sector financiero. La banca panameña nuevamente se encuentra en un impasse. No tiene una posición clara frente a los aspirantes de los partidos políticos. Ya lanzó su candidatura por la libre postulación una figura que es bien vista por una importante fracción de la banca panameña. Sin embargo, la falta de una máquina partidista le resta muchas posibilidades. Sólo le queda el colapso del sistema partidista. Esta alternativa es peligrosa para los intereses más conservadores (finanzas) en la medida en que le abre las puertas a otros candidatos independientes no comprometidos. Todavía más peligroso, puede crear las condiciones para la convocatoria a una asamblea constituyente sin la participación de los partidos políticos. Se abrirían las puertas a los sectores más radicales de las capas medias y a las organizaciones populares.
26 de octubre de 2017.



Thursday, October 19, 2017

Estamos en la última fase de desarrollo capitalista

         Enfrentamos una realidad social cambiante. Hace unos pocas décadas teníamos un economía basada en la agricultura y servicios que se prestaban a la ruta de tránsito. Las fortunas se hacían conquistando el poder político y recogiendo las migajas que repartía la posición geográfica del país. Una masa de trabajadores lograban sobrevivir de un trabajo informal en los arrabales de las ciudades de Panamá y Colón así como en las áreas rurales. Teníamos altos índices de analfabetismo y de enfermedades transmisibles. Carecíamos de un Estado capaz de definir políticas nacionales. Un sistema político inestable y subordinado a la potencia hegemónica mundial de turno.

El siglo XXI presenta un país bastante diferente al descrito más arriba. El poder político está en manos de la clase capitalista financiera y quienes dominan la ruta de tránsito (el entorno del Canal de Panamá). Todavía persiste una masa de trabajadores informales en las áreas marginales de la ciudad de Panamá. Coexiste con una clase obrera y capas medias insertas en el mercado de consumo. Los índices de analfabetismo han disminuido a casi cero y se han erradicado las enfermedades transmisibles. Los niveles educativos se estancaron y los servicios de salud colapsaron para los trabajadores informales que representan a más del 50 por ciento de la población.
Aún cuando se logró que EEUU evacuara las bases militares que rodeaban el Canal de Panamá, que levantaran las ‘estacas’ coloniales de la Zona del Canal y entregaran la vía acuática en 1999, no se cuenta con un Estado capaz de definir políticas nacionales. El sistema político sigue siendo inestable y dependiente de la potencia hegemónica.
En el siglo XX Panamá pasó por tres fases de desarrollo capitalista. El primero fue la continuación de la versión del capitalismo mercantil dependiente. Una inversión capitalista industrial muy fuerte (Ferrocarril y Canal) que reproducía formas sociales de explotación capitalista de ‘enclave’. La misma fue sustituida – a partir de la segunda guerra mundial - por el capitalismo industrial dependiente con fuertes inversiones en tecnología norteamericana que generó una clase obrera y una juventud combativas. A partir de la invasión norteamericana de 1989, el consenso de Washington y las políticas neoliberales desmontaron la industria y gran parte de la agro-industria. El cambio produjo una sucesión de gobiernos conservadores (1990-2017) que desarticuló a las organizaciones populares y logró desactivar la combatividad de la juventud.
La burguesía industrial panameña que surgió y prosperó entre 1935 y 1980 abandonó el sector manufacturero e invirtió sus capitales en el sector del capital financiero. La banca panameña sustituyó la industria como la ‘locomotora’ de la economía capitalista. Las reformas a los tratados del Canal con EEUU en 1936 y 1955 le dieron un fuerte impulso a la industria. Se suponía que el Tratado del Canal Torrijos Carter (1977) – sin incluir el de Neutralidad – le daría el impulso que necesitaba al sector industrial para ser competitivo. La consigna de Torrijos de darle el “uso más colectivo” a los ingresos del Canal fue reemplazado dos veces después de su muerte violenta en 1981. La primera vez por el general Noriega, quien entre 1983 y 1987, intentó transformar la ex Zona del Canal en un centro para la formación de un Ejército. La segunda fue después de la invasión militar norteamericana, cuando Washington convirtió “el mercado como la herramienta fundamental para determinar la asignación de recursos” del Canal.
En la actualidad, la Autoridad del Canal de Panamá recauda anualmente US$3 mil millones que no pueden invertirse en proyectos de desarrollo nacional. En los próximos 5 años serán más de US$15 mil millones. Cerca de US$10 mil millones irán directamente a las arcas fiscales del gobierno. Están al servicio de las grandes empresas corporativas extranjeras que invierten en proyectos que van desde facilidades portuarias, ferroviarias, mineras, logísticas e inmobiliarias.
A falta de un proyecto de desarrollo nacional, el país no tiene visión de futuro. Ni siquiera puede aspirar a estudiar las ofertas que llegan al país. Empresas de China Popular lanzaron la idea de construir un ferrocarril ‘bala’ entre la ciudad de Panamá y la frontera con Costa Rica. Los gobernantes, a falta de visión, sólo atinaron a darles la bienvenida.
Es posible que estamos en la tercera y última fase de desarrollo capitalista. Urge que sectores amplios de la sociedad en forma organizada asuman la responsabilidad de tomar la dirección del país en el marco de un plan de desarrollo nacional.
19 de octubre de 2017.


Thursday, October 12, 2017

Los escándalos debilitan a los partidos tradicionales

La campaña política con miras a las elecciones presidenciales de mayo de 2019 aún no arranca. En el pasado, para estas fechas, los partidos tradicionales ya habían lanzado sus candidatos y pre-candidatos quienes buscaban las mejores posiciones para consolidar sus aspiraciones. Usualmente, gana la candidatura el político con mayor ‘carisma’, con las finanzas más ‘boyantes’ y con el respaldo de la Embajada de EEUU.

El orden de importancia de los factores es el inverso al expuesto más arriba. La Embajada de EEUU siempre apoya el candidato que se inclina con más entusiasmo hacia la política de Washington. (Esta realidad no es exclusiva de Panamá). Los informes políticos de los agentes norteamericanos son tomados muy en cuenta por EEUU. En 2009, la candidata del Partido Revolucionario Democrático (PRD) fue vetada por la Embajada que no consideró a Balbina Herrera de su confianza.
Por el lado financiero, los tres partidos de la elite panameña – el Partido Panameñista (en el gobierno actual), el Partido Cambio Democrático (2009-2014) y el PRD (2004-2009) – han logrado establecer una base financiera que aparenta solidez. El poder económico en Panamá está distribuido en el sector bancario, logístico e inmobiliario. Siguen según su importancia los empresarios comerciales, agroindustriales e industriales. Los partidos tradicionales necesitan el sector financiero, pero éste – en cambio - no depende de esas organizaciones políticas. En las últimas elecciones (2014) se especula que un magnate de las finanzas, quien también está vinculado al gran capital logístico y comercial, contribuyó al triunfo del actual Presidente de la República.
La falta de figuras políticas que puedan convencer a los sectores que conforman el poder económico del país explica la falta de entusiasmo por parte de los medios de comunicación para agitar candidaturas. Recientemente el Tribunal Electoral logró aprobar una ley que reduce la campaña formal a unos pocos meses. Eso no quiere decir, sin embargo, que no se pueda iniciar una campaña que levante el perfil de los candidatos que se consideran más ‘carismáticos’. Nadie nace con carisma. El carisma se construye. Los ejemplos más emblemáticos durante el siglo XX fueron el presidente Belisario Porras, quien hace cien años llegó a la Presidencia sobre la base de su liderazgo durante la Guerra civil de los Mil Días. También Arnulfo Arias triunfó en 1940 por su arrojo durante el golpe civil de 1931 que lo catapultó en los ojos del pueblo panameño. Igualmente, Omar Torrijos logró encabezar un movimiento nacionalista gracias a las negociaciones exitosas frente a EEUU (1977) que culminó con la desaparición del enclave colonial y la transferencia del Canal de Panamá.
La elite panameña actualmente no tiene figuras carismáticas. Han tratado - con resultados negativos – de levantar perfiles asociados a la invasión militar de EEUU de 1989. Ya han salido a la palestra algunos candidatos a la Presidencia que se declaran independientes (no vinculados a los partidos políticos tradicionales). Los independientes con más posibilidades basan sus propuestas en la corrupción que identifica a los partidos de la elite panameña. Creen que el pueblo está cansado de los abusos de los partidos políticos y se volcará a favor de un candidato ‘sin tachas y honesto’. Pero incluso los candidatos independientes tienen que tener el aval de la Embajada, un respaldo económico y carisma. Quizás hay algunos con uno de los atributos mencionados pero le faltan otros.
En 2014 se lanzó Juan Jované como candidato independiente sobre la base de su carisma y honestidad, con un programa popular. Pero le faltaron los otros factores. Jované habría instaurado un gobierno con un plan de desarrollo nacional y erradicando la corrupción. La propuesta que sin duda era la mejor no encontró eco entre la elite del poder y mucho menos en la Embajada. En 2019 volverá a la palestra el Partido Frente Amplio por la Democracia (FAD), que levanta como bandera las luchas sindicales y campesinas (sin excluir a las estudiantiles) de los últimos 70 años. El discurso del FAD no logra penetrar la coraza que la oligarquía panameña ha construido en torno a los sectores populares.
Los partidos tradicionales, sacudidos por los escándalos de corrupción, carecen de un plan de gobierno desde hace 25 años. La elite ahora tiene la esperanza de que los chinos traigan dinero fresco. El pueblo panameño, sin embargo, no quiere promesas de dinero. Quiere un gobierno con un plan que garantice desarrollo y empleo decente (formal) para todos los trabajadores.
12 de octubre de 2017.

Thursday, October 5, 2017

La revista TAREAS hace un análisis crítico del país

El primer número de la revista TAREAS apareció en octubre de 1960. Apenas 57 años después, hizo su aparición el N°157. En su sección “Sociedad y Nación” trae cuatro artículos que se refieren indirectamente a la actual crisis de legitimidad que atraviesa el país. En primer lugar, un trabajo de Marco A. Gandásegui, hijo, sobre las 6 elecciones que ha realizado Panamá desde la invasión militar norteamericana de 1989. Cada una ha sido presidido por un triunvirato partidista que heredó los mecanismo electorales que controla EEUU. Los partidos políticos se turnan en la Presidencia y en la repartición de las riquezas que produce el trabajo de los panameños. Todo intento por romper el círculo vicioso es neutralizado por una intervención extranjera oportuna.

Un segundo  artículo, es una reivindicación de la identidad panameña desde los tiempos coloniales hasta el presente. El historiador Alfredo Castillero Calvo deja muy claro que la ‘leyenda negra’ inventada por los ingleses para deslegitimizar la capacidad de los españoles para gobernar las colonias, es falsa y malintencionada. Utilizando casos muy concretos, demuestra como los españoles (y los panameños que muchas veces dirigían los regimientos) derrotaban a los agentes de la corona albión.
En la misma sección, el sociólogo y crítico, Luis Pulido R., rescata la obra de Joaquín Beleño, representante de una generación que dominó ideológicamente a los panameños a mediados del siglo XX. La hegemonía de la modernidad, expresada en Beleño y otros autores, que dio lugar a la recuperación de la soberanía sobre todo el territorio panameño, fue derrotada en 1989 bajo las bayonetas norteamericanas y la militancia de la oligarquía cuya ideología ‘transitista’ y rentista salió triunfante.
Por último, la historiadora, Vilma Chiriboga, nos muestra un mundo desconocido de nuestra formación social que es el ordenamiento social existente en la Zona del Canal de Panamá a principios de siglo XX. La ‘Zona’ existió entre 1904 y 1979. Chiriboga nos introduce en el sistema educativo que formaba parte de la socialización de las adolescentes y jóvenes. El sistema militar imperante (durante toda la historia de la ‘Zona’) era muy estricto y las jóvenes eran educadas dentro de un régimen de control social. En parte, estos valores se transmitieron al sistema escolar panameño en la primera mitad de ese siglo.
TAREAS trae a sus páginas el centenario del acontecimiento político que más impacto tuvo sobre el siglo XX: La Revolución rusa. “Las tesis de abril” destaca el pensamiento de Lenin, líder de ese proceso, quien ante situaciones cambiantes lleva su partido ‘bolchevique’, los ‘soviet’ y al pueblo ruso al poder. Complementan “Las tesis de abril”, dos artículos de David Priestland y Tariq Alí, respectivamente.
En la sección dedicada al bicentenario del jurista panameño del siglo XIX, Justo Arosemena, otro historiador, en este caso Fernando Aparicio, hace una certera crítica a la obra del autor, El Estado federal.
Arosemena advirtió, según Aparicio, que la modernización de la ruta no habría de brindar al Istmo la prosperidad que se esperaba sino que, por el contrario, traería consigo nuevos problemas  y amenazas. Por ello, “añadió dos nuevos elementos: la necesidad de promover la producción y la urgencia de denunciar el anexionismo norteamericano, preservando la autonomía y la personalidad del Istmo”.
En la sección “Tareas sobre la Marcha”, se publica una entrevista que el joven filósofo, Abdiel Rodríguez, le hace al joven sociólogo, Azael Carrera. Es un encuentro de dos valores nuevos que seguramente revolucionarán las ciencias sociales en un próximo futuro. En esta sección también se publica la poesía de Amelia Denis de Icaza sobre Victoriano Lorenzo. Una pieza magistral creada casi al calor de los acontecimientos que condujeron al fusilamiento del líder coclesano en acto traicionero de liberales y conservadores en mayo de 1903.
El número 157 de TAREAS cierra con una reseña de Aristeides Turpana, filósofo guna y profesor de español, sobre la ‘celebración’ de la pubertad en ese pueblo originario que describe el antropólogo norteamericano, James Howe. Al final se incluye un comunicado de la Defensoría de los Universitarios (de la Universidad de Panamá) denunciando la violación de la autonomía universitaria en un acto más de violencia por parte de la Policía Nacional.
La presentación de la revista TAREAS N°157 está programada para noviembre de 2017. Para esa ocasión se seleccionarán, entre los intelectuales más destacados del país, quienes harán los honores. Todo el público está invitado, especialmente los más jóvenes.
5 de septiembre de 2017.