La visita de Varela a Washington
Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de
la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA
La reunión entre los presidentes Juan Carlos Varela y
Donald Trump, de Panamá y EEUU, respectivamente, resultó ser más que todo
protocolar. No se preparó un comunicado que planteara alguna posición nueva que
cambiara la relación entre los dos países. Panamá continuará administrando el
Canal de Panamá en el marco de los Tratados Torrijos-Carter (1977), el gobierno
panameño continuará comprando a EEUU armamentos y entrenamiento militar para el
Servicio Nacional de Fronteras y el Servicio Nacional Aeronaval creados para la
llamada “guerra contra las drogas” y el gobierno continuará colaborando
en los planes de ‘seguridad’ hemisférica de EEUU.
Es en torno a estos dos últimos puntos que giran las
especulaciones que se hacían en torno a la visita de Varela a la Casa Blanca.
Por un lado, el posible interés del gobierno de Trump de tener bases militares
en el istmo. Por el otro, el interés de Washington en que Panamá se entusiasme
más en la ‘operación pinzas’ contra Venezuela. También se especulaba que a
EEUU le interesaba asumir un papel en la administración de la vía
interoceánica, reducir el comercio entre Panamá y Cuba (de paso con Venezuela
también) e intervenir en el caso del expresidente Martinelli que espera su
extradición en Miami. Estas suposiciones parecen que eran meras especulaciones,
sin fundamento.
En sus primeros 30 meses en la Presidencia, Varela
cooperó con el entonces presidente Obama para abrir canales de comunicación con
Cuba. En la Cumbre de las Américas celebrada en la ciudad de Panamá se efectuó
la histórica reunión entre el presidente Raúl Castro y Obama. La Zona Libre de
Colón también ha servido para promover el comercio entre los dos países
enemistados desde hace más de medio siglo. La decisión de Trump de ‘engavetar’
los avances de Washington en sus relaciones con Cuba parece que pone fin a
cualquier papel que pudiera jugar Panamá en ese conflicto.
Obama representaba la facción ‘globalizante’ del establishment
norteamericano que buscaba acabar con el bloqueo que asfixia la economía
cubana, pero al mismo tiempo no le permite a sus exportadores aprovechar el
mercado cubano. Trump tiene otra visión de las relaciones
cubano-norteamericanas: Los votos electorales de Florida. Pensando en las
elecciones de 2020, Trump quiere mantener ese estado de su lado.
El gobierno panameño no llevó una propuesta a la mesa
que se sirvió en la Casa Blanca. Más bien, Varela utilizó la reunión como
muestra de su capacidad de moverse en los círculos más importantes a escala
global. Espera que su viaje eleve su aprecio popular en las encuestas locales.
Antes de fin de año también se trasladará a China Popular, país con el cual acaba
de establecer relaciones diplomáticas. EEUU y China son los dos usuarios más
importantes del Canal de Panamá, producto de un intenso intercambio comercial
marítimo.
El gobierno norteamericano señaló que en las
conversaciones entre ambos mandatarios surgió el tema de Venezuela. Durante el
gobierno de Obama, Washington declaró a Venezuela ‘un peligro para la seguridad
nacional’ de EEUU. Trump mantuvo esa posición. Sin embargo, la Casa Blanca se
ha mostrado menos militante en su campaña por derrocar el gobierno bolivariano
que preside Nicolás Maduro. En cambio, el presidente Varela quien era un
defensor de la búsqueda del diálogo entre gobierno y oposición en Venezuela, en
el reciente cónclave de la OEA se cuadró con los ‘duros’ que exigían un
pronunciamiento radical en contra del gobierno de Maduro.
La posición de Panamá frente a la ofensiva de la OEA
contra Venezuela es consecuencia de algún tipo de arreglo con EEUU antes de la
visita de Varela a Washington. Ambos presidentes anunciaron que en el transcurso
de lo que queda del año se realizará en la capital panameña una reunión
regional que trate los problemas de seguridad con la asistencia del
vicepresidente de EEUU, Mike Pence. En el anuncio sólo se abordan problemas de EEUU.
En primer lugar, el movimientos migratorio de los países del Triángulo Norte de
Centroamérica hacia EEUU. También se mencionó la política de control del
tráfico de drogas desde Colombia hacia el mercado norteamericano.
En los planes de Washington no aparecen las
necesidades de los países de la región, comenzando por Panamá Trump ha
sido lo suficientemente hábil para convertir los intereses de EEUU en los
problemas de los países del Caribe y del resto de la región. Varela no presentó
la agenda panameña. ¿Será que el gobierno no tiene?
22
de junio de 2017.
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