Una
lectura cuidadosa de los acuerdos entre los gobiernos de Panamá y China Popular
suscritos en Pekín durante el viaje del presidente Varela a ese país destaca
con detalle los objetivos que persigue ese país en Panamá y en el resto de la
región. Al mismo tiempo, deja en claro que los gobernantes y dirigentes
empresariales panameños no tienen una visión de futuro (o de país). Los chinos
han presentado un plan para los próximos 50 años con inversiones de 500 mil
millones de dólares en los primeros 20 años. En cambio, los dirigentes que
controlan el poder en Panamá no tienen una propuesta, no han elaborado plan alguno
y están esperando que los ‘chinos lleguen’.
El
juego es muy peligroso para ambos lados. China puede encontrarse con una
resistencia popular a corto plazo si no toma en cuenta los intereses de los
sectores populares. Sus proyectos sólo contemplan la acumulación económica para
ese país y algunas ganancias marginales para una oligarquía parásita. Los
acuerdos pueden beneficiar a los panameños si se planifican de manera que
incorpore al país en un proyecto de desarrollo nacional.
La
semana pasada revisamos los primeros 10 acuerdos entre los dos gobiernos. A
continuación veremos los 9 restantes.
El
acuerdo número 11 se refiere al impulso que los chinos quieren darle a las
zonas francas panameñas. En el caso de la Zona Libre de Colón se menciona una
inversión de 3 mil millones de dólares para nuevos almacenes y otros mil
millones de dólares en estructuras hoteleras. Las inversiones y nuevos
almacenes serían para alojar productos chinos con destino el resto de la
región. El duodécimo acuerdo se refiere al turismo y su potencial como fuente
de ingresos para los inversionistas. China le daría a Panamá el 'status de
destino turístico aprobado’ para que viajen sus ciudadanos al istmo. El acuerdo
enfatiza que los chinos 'aprecian mucho el turismo de casinos'. Poco faltó que
el texto incluyera otras formas de turismo prohibidas en la mayoría de los
países del mundo y toleradas en Panamá.
El
acuerdo número 13 se refiere a la aviación. Según el texto, China construirá un
terminal nuevo de carga en la ciudad de Panamá a un costo de 10 mil millones de
dólares. Todo indica que los chinos pretenden complementar el Canal
interoceánico de Panamá con un ‘canal’ aéreo que conectaría a América
latina con China. Si agregamos el proyecto ferroviario, Panamá se convertiría
en el 'hub' marítimo, aéreo y terrestre del continente. El acuerdo número 14 se
refiere a la cooperación marítima. La bandera panameña que es vendida a las grandes empresas navieras recibiría un
trato internacional en puertos chinos. Este negocio es muy apetecido por firmas
importantes en Panamá. Se agrega el trato igual a las tripulaciones de los
barcos panameños. El acuerdo no menciona los derechos de los marineros a la
organización sindical.
En
el acuerdo número 15 Panamá se 'adhiere' a la Ruta de la Seda. Según el
documento, la Ruta “está alineada con el papel que juega el país ante la región
y el mundo como la Gran Conexión que será potenciado con la
inclusión de la vía interoceánica". El 16º acuerdo hace referencia
al muy mencionado 'tren bala' que uniría a la ciudad de Panamá con la frontera
de Costa Rica. El acuerdo dice que China 'pagaría el sistema de transporte de
última generación" cuyo costo sería de 2 mil millones de dólares (menos
del costo de la Línea 2 del Metro en la ciudad de Panamá). El acuerdo número 17
hace referencia a las propiedades de las embajadas de ambos países. China le
entrego a Panamá una propiedad en Pekín de siete pisos, valorada en 150
millones dólares. El acuerdo 18 apunta a la organización de un seminario para
periodistas. El último acuerdo se refiere a un convenio de cooperación no
reembolsable enmarcados en un Plan Nacional de Cooperación.
La Gran Conexión es la clave para entender los
objetivos de China en Panamá. La Ruta de la Seda llegaría a toda la región
latinoamericana pasando por el Istmo de Panamá, que es la Gran Conexión. Los
panameños tenemos que decidir ahora si queremos seguir siendo un ‘paso’ o si
estamos dispuestos a convertirnos en un país con una población productiva. Los
chinos ofrecen esa oportunidad. Los panameños tenemos que aprovecharla en el
marco de un plan nacional de desarrollo.